Cuando una puerta se cierra...

... otra se abre.

Es lo que tiene el refranero español, que casi siempre acierta.

Pues eso es lo que me ha pasado a mí. Ya he finalizado mi añito de beca ICEX en Berlín, mi primer añito, para ser más exactos.
Ha sido un año fantástico en Berlín. ¡Qué ciudad! Ni con toda la tinta y el papel de mundo sería capaz de poder escribir todas las cosas buenas que tiene esta ciudad.
Más de una vez me he encontrado paseando por ella y pensando en lo agusto que podría vivir en la ciudad. Y digo "vivir" en el aspecto de "establecerme" allí, de tener mi casa, mi trabajo, mi círculo de amigos. El significado más pleno de vivir.
A lo mejor me estoy pasando, y veo Berlín desde el punto de vista del anhelo de volver a ella. O a lo mejor no.

Pues resulta que en un año voy a ser capaz de saber si es cierto o no. Porque voy a experimentar nuevamente otro año más viviendo fuera de mi país y nuevamente en Alemania.
El año que viene estaré realizando el segundo año de mi beca ICEX en Múnich, en el Instituto Cervantes.
Es cierto que estoy muy emocionado nuevamente con la posibilidad de tener un trabajo cómodo en otro país para poder ir mejorando mi maltrecho alemán y conocer otra zona de mi cada día más admirada y odiada (a partes iguales) Alemania. Además en una institución como es el Instituto Cervantes.
¡ A defender el español por el mundo! Ea. ¡Cual templario del lenguaje!
(sí, me he pasado, lo sé, pero dejadme dejadme...)

Así que, mis queridos y poco numerosos lectores, ¡ánimo!, ya que va a ser bien cierto lo que dice el refranero español, que cuando una puerta se cierra otra se abre.